EL TRABAJO Y LA VIDA ASOCIATIVA DE UNA JOVEN INSPIRADORA DEL CARIBE
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Son las 12:00 am y Cesarina termina su trabajo en la asociación San Vicente de Paúl, en Montpellier (Francia). En noviembre de 2018 era
voluntaria en la capilla San Juan, cuando le propusieron trabajar como responsable
de cocina. Aquello cayó del cielo ya que estaba buscando trabajo a medio tiempo
después de clases. Actualmente está estudiando la maestría Grande Ecole en administración en Montpellier Business School. Su trabajo comienza a las siete en
punto de la noche de lunes a sábado. Sus funciones son recibir y guiar
a los voluntarios, monitorear la cena y garantizar un trabajo seguro y un servicio
voluntario amable y de calidad.
El primer turno comienza a las 8:00 pm para 38 comensales aproximadamente, personas sin hogar quienes previamente han sido atendidos por la
línea de emergencia 115 de Francia para brindarles alojamiento. Cenan y pasan la noche en
la asociación. El segundo turno comienza a las 9:00 pm para otras 20 personas
alrededor, quienes solamente comen y después abandonan el lugar. Es un
servicio de cena gratuito dirigido a cualquier persona que se encuentre en la calle. Su horario
está muy bien planificado para que pueda estudiar y trabajar a la vez. Cuando empezó a trabajar estaba terminando el segundo semestre del segundo año de su maestría.
Vino a Francia a principios de setiembre de 2017 como becaria de su país, la
República Dominicana. Desde entonces ha realizado un excelente programa académico
trabajando duro para mejorar su francés. Pero se sentía llamada para algo más.
Algunas semanas después de su llegada comenzó a participar en la Misa de
estudiantes católicos de la capilla Santa Bernardita de Lourdes, donde fortaleció
su amor infinito a Dios, y donde también descubrió una de las formas más
amorosas de servirlo por muy lejos: conoció a Rafael, la persona con quien se va
a casar muy pronto. A finales de febrero de 2019, terminó sus estudios de
maestría e inmediatamente después empezó sus prácticas profesionales de 6 meses, como
jurista en la cabina de abogados GT en Montpellier. Pero tiene un sueño: “¿Qué
haría Jesús?”. Le gustaría crear un proyecto espiritual para las personas que
están en prisión. Quisiera impactar en sus vidas con un mensaje transformador de amor, perdón y reconciliación.
Fui profesora de Cesarina en el Colegio Dominicano de la Salle. La conocí siendo ya toda una adolescente, recuerdo que su mirada vislumbraba ese fulgor distintivo, que solo una persona llena del amor de Dios puede reflejar. Dios le bendiga siempre!
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